El primer cementerio de Morón se encontraba ubicado junto a la iglesia parroquial Nuestra Señora del Buen Viaje. Al crecer el pueblo, acompañado esto de motivos de higiene, se promovió en el año 1852 el emplazamiento de un nuevo camposanto en lo que en aquel entonces eran las afueras del poblado, entre las actuales calles Córdoba y Carlos Pellegrini. Sin embargo, con las mismas preocupaciones por la higiene y para dotar a la comunidad de una necrópolis acorde al crecimiento demográfico y económico que atravesaba el Partido, la Municipalidad de Morón encaró la construcción del actual cementerio en el año 1864. Ocupó para ello un terreno fiscal de unas doce manzanas sobre el “Boulevard de circunvalación” (hoy Avda. Hipólito Yrigoyen). Augusto La Roche, uno de los primeros vecinos sepultados en el predio, facilitó el dinero necesario para construir una entrada y un cerco, y ordenó la plantación de árboles "Paraíso" para purificar el aire. Años más tarde, en el marco de las obras públicas encargadas por el gobernador bonaerense Manuel A. Fresco (188-1971), las cuales implicaron la construcción, remodelación y refacción de muchos cementerios de la Provincia de Buenos Aires, en el año 1936 el intendente municipal Rafael A. Amato implementó en el de Morón una serie de reformas edilicias. Siguiendo el proyecto de Ángel Silva, ingeniero del Municipio, se reemplazó la antigua entrada de la actual Avda. Eva Perón por un peristilo de grandes dimensiones, y se construyó adicionalmente otro soportal en la intersección de la mencionada avenida con la Avda. Hipólito Yrigoyen. Actualmente el predio se haya delimitado entre las calles Monseñor Enrique Angelelli, Luis Pasteur, Gral. Antonio José de Sucre, Avda. Hipólito Yrigoyen, Avda. Eva Duarte de Perón, Juan Vucetich, Cristóbal Colón, y Fray Justo Santa María de Oro. Dispone de una Dirección, un Osario, y una Capilla.